1.31.2017

Lo que dijimos entre dientes


Reíste cuando dijeron que tenías gustos raros. Me habría gustado tomar la palabra "raro" como algo bueno, pero mi mente insegura solo hizo mandarme señales rojas, señales que quedaron marcadas al rojo vivo en mi pensamiento, en mi piel. ¿Por qué no les dijiste que no era raro, sino deferentes? ¿Por qué no les dijiste que me preferías a mí sobre todas las demás? ¿Por qué no les dijiste que, en el momento en que sentiste interés en mí, pensaste que era única?
Cuando te despediste en mi puerta, sonreíste y me besaste como si nada hubiese ocurrido.
—Te quiero —murmuraste en cada beso. Me quedé muda. Me miraste esperando alguna señal de que diría las palabras que necesitabas escuchar.
—Adiós —te di un último beso y cerré la puerta de casa para no verte más esa noche. Me había lastimado que no aclararas que raro estaba bien, porque yo necesitaba saber que raro está bien cuando se trata de mí; yo lo necesitaba tanto como tú escuchar esas palabras. —Y yo a ti —pero ya no estabas.
No lo supiste. No supiste que ya era muy tarde, que ya podías destruirme si lo querías.


2 comentarios:

  1. ¡Hola, Ana!
    Por Zeus y yo que pensé que ya no podrías sorprenderme más. ¿Pero de dónde sacas tantas ideas?
    Ay, esto fue tan bonito y triste al mismo tiempo. Si, hay momentos en los que necesitamos una sola palabra para sentirnos mejor y eso nunca llega. Lo has expresado perfecto. Creo que todos lo hemos pasado y podríamos sentirnos muy a gusto con este relato.
    Mil aplausos más y muchísimos besos.
    ¡Nos leemos, guapa! :)

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  2. Hola, guapa!

    Es un escrito muy triste </3 Coincido con algunos de los sentimientos que transmites (querer saber que para alguien eres especial, sentirte triste, sentir que te pueden hacer daño incluso aunque te gustaría que esa persona no tuviese tanto poder sobre ti), aunque discrepo con otros. A veces tenemos que ser egoístas, porque puede que en momentos nos quedemos solos y tenemos que ser lo suficientemente fuertes como para seguir adelante. No hace falta que nos digan lo bueno que es que te digan "raro", lo es, aunque también es verdad que en muchas ocasiones necesitamos que nos lo recuerden.

    Besos gatunos!

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Escúpelo, que dentro te hace daño.